Seguro que has presenciado o formado parte, protagonista o no, de al menos una decena de bodas en tu vida. De todas ellas guardamos anécdotas y  detalles para el recuerdo, algunos sentimentales, otros divertidos y otros bochornosos; pero ni aunando todos los recuerdos de mil y una bodas seríamos capaces de crear un espectáculo similar al teatral y musical Campanades de Boda de La Cubana, del cual tuvimos la oportunidad de disfrutar y formar parte ayer, miércoles 11 de abril de 2012, en el Teatre Tívoli de Barcelona. ¡¡Suenan campanas de boda!!

Desde que se llega a la esquina de la Calle Casp y se vislumbra la entrada del Teatre Tívoli, ya se respira ambiente festivo de bodorrio. Nos recibe una gran tarta nupcial con una figura de novios bastante particular: una novia catalana y un novio indio, ataviado con traje tradicional. Le rodean decenas de flores, luces en las que se puede leer «LA CUBANA«, y por supuesto, mucho color.

Cuando nos adentramos en el teatro, el espíritu festivo nos invade. Recordemos que la familia Rius, protagonista de la obra, regenta un negocio familar de flores con una gran tradicción, un negocio único en la ciudad, puesto que está abierto 24 horas al día. Así, las flores son grandes protagonistas del espectáculo. La música cobra también un papel principal desde que se entra al patio de butacas, donde ayer esperaba un público que llenó el Tívoli. Todo este ambiente consigue que antes de que se levante el telón, se te instale el gusanillo «bailongo» en el estómago, deseando que empiece el show.

Desde que comienza el espectáculo, el ritmo frenético en el escenario no baja ni un sólo segundo: la tía, Margarita, y la madre de la novia, Hortènsia, -representadas por las sublimes Mont Plans y Annabel Totusaus-, van de acá para allá atendiendo a familiares, llamadas e imprevistos. En conclusión, preparando la boda del año en la que, la que debería ser verdadera protagonista, Violeta, (una soberbia Montse Amat), «ni pincha ni corta».

Además de la madre y la tía, que buscan la apariencia y la ostentosidad delante de los invitados; tenemos a un padre, separado de la madre, con una novia francesa que le gusta demasiado el champagne; una señora de la limpieza andaluza con mucho salero; un hermano de la novia gay y que a diferencia de su hermana él si se quiere casar- pero a este no le dejan; una nuera brasileña, mujer del otro hermano, muy aprovechada; una tieta religiosa que no entiende por qué la niña no se casa por la iglesia; y así un largo etcétera de personajes realizados entre tan sólo 12 espléndidos actores, doblando o incluso triplicando papeles, una auténtica proeza.

Metiendo todos estos ingredientes a la coctelera durante algo más de dos horas sin descanso, resulta un espectáculo musical y teatral costumbrista, con mucha chispa, enérgico y vibrante en el que nos recuerdan que todo acto social no deja de ser puro teatro, y más en el caso de las bodas.

De la trama de Campanades de Boda ya os hablamos cuando os presentamos este espectáculo musical y teatral, incluso os invitamos a nuestro banquete particular con una propuesta sobre qué hacer antes y después de verla. Ahora que hemos vivido el bodorrio, os podemos asegurar que disfrutar de esta obra es una cura contra cualquier mal. Su director, Jordi Milán, y todo el equipo la han sacado adelante en unos momentos que ellos mismos reconocen como difíciles para el teatro. Desde Broadway Barcelona animamos a todo el mundo a ver este montaje espectacular, hay que apoyar el teatro de calidad para que no desaparezca, y que en vez de a una boda, tengamos que ir de funeral.

Broadway Barcelona participó en el bodorrio

Ya lo sabéis, a esta boda estátis todos invitados, y no es una de esas bodas a las que se va por compromiso o porque ellos también fueron a la tuya; es una boda musical y llena de color de la que el público también es protagonista.

The show must go on!! Y que vivan los novios y el teatro!!