Grease es de esos musicales que por muchos años que pasen siempre estará de actualidad. Gusta tanto a las generaciones que crecieron con los protagonistas John Travolta y Olivia Newton-John como a sus hijos y nietos, que ahora vibran con las versiones más actuales, como la que ha estado en la cartelera del Teatre Auditori de Sant Cugat este fin de semana. ¡Rock’n’roll de los 50’s para todas las edades!

Al entrar al patio de butacas del Teatre Auditori, y para ir calentando motores, el mismisimo Vince Fontaine te recibe desde su radio pinchando los grandes éxitos del rock y narrando con su peculiar y encandiladora voz que vuelve locas a las chicas del instituto Rydell. Con un público entregado desde ese mismo instante, poco a poco las luces y músican suben para dar paso a los T-Birds y las Pink Ladies y al comienzo del nuevo curso en el instituto Rydell.

El 40 aniversario del musical original de Broadway es una versión en el que Danny, interpretado por Jordi Coll, y Sandy, interpretada por Edurne, no son protagonistas absolutos de la obra, si no que dejan paso a gran variedad de escenas grupales en el que se demuestra la calidad vocal y artística del conjunto de actores.

Sorprende como en cada escena del musical no se descuida ni un momento la escenografía y el vestuario, -a destacar la metamorfosis del Grease Lightining en el taller mecanico-, y se aprecia la cuidada y trabajada caracterización muy fiel a la versión original. Cabe destacar a Rizzo, interpretada por Manuela Nieto, con una delicada caracterización y una voz espectacular.

Tampoco el amor es un tema que monopolice el escenario: se suceden escenas de humor, de amistad, de baile, de deporte… y por supuesto mucho rock and roll en vivo de la mano de una banda compuesta por seis artistas que aparecen y desaparecen en las diferentes escenas. Los puntos de humor que recorren la obra están interpretados por varios de los personajes, entre los que sin duda destaca el patoso y asustadizo Eugene, interpretado majestuosamente por Sergio Franco; los saludos, con peine y gomina incluídos, entre los T-birds o esos momentos en los que deciden enseñarnos sus traseros (Sonny es todo un experto en ello).

De la mano de Coco Comin -dirección artística y coreográfica- y de Manu Guix, asistimos a una versión del musical en el que el deroche de energía y color reina de principio a fin. Un espectáculo que no pasa de moda y con el que grandes y pequeños disfrutaron en todo momento, sin poder estar sentados en sus butacas por mucho tiempo, ya que hasta los propios actores animaron a todo el público a levantarse y bailar con ellos con un final de fiesta muy roquero. Esperamos que esta no sea la última vez que Grease el musical pase cerquita de Barcelona para contentar a los muchos musical lovers y greasers de todas las generaciones.

The show must go on! (con los T-birds y las Pink Ladies … Womp-bomp-a-loom-op-a-womp-bam-boom!)