El pasado día 3 se reestrenó «Forever Young», espectáculo musical dirigido por Tricicle que se representa en el Teatre Poliorama hasta el 29 de abril. El espíritu fresco que caracteriza a los cinco abuelos rockeros que lo protagonizan, la «dulzura» de la enfermera que les atiende, y el gran pianista que pone la nota musical al espectáculo, han conseguido convertir a «Forever Young» en finalista de los Premios Max de las Artes Escénicas, además de llenar cada noche la sala del teatro y repetir estancia en Barcelona.

Broadway Barcelona ha tenido la oportunidad de entrevistar a Marc García Ramí, pianista en el musical «Forever Young» en los días en que a los viejos rockeros se les permite abandonar la residencia y salir a escena. A continuación, los detalles de la entrevista a este actor y músico catalán.

Marc García Rami nació en Barcelona, donde se graduó y realizó el postgrado Michel Wagemans, además de recibir los consejos de D. Merlet i de A. Golovine (conservatorios de Paris y Ginebra), entre otros. Ha actuado por toda España como solista o en formación, en Festivales y en varias  producciones de teatro musical (“Mar i Cel”, “Boscos Endins”, “Naked boys singing”, “Spamalot”, “La Bella y la Bestia”, “Hoy no me puedo levantar”, “Hair”…). Actualmente, podemos verle durante todo el mes de abril sobre el escenario del Teatre Poliorama, interpretando al obediente pianista de «Forever Young».


Comenzando por el musical «Forever Young»…

Después de más de 200 funciones, vistas por más de 100.000 espectadores ¿cuál crees que es la clave del éxito de «Forever Young»?

Al margen del sello inherente de «Tricicle», este espectáculo ofrece un punto de vista poco habitual sobre la vejez, una visión tan optimista como fresca. Es una buena medicina ver a los abuelos de la residencia de artistas de «Forever Young» aprovechar al máximo la vida, y evidente que el público conecta al verse reflejado en escena de una manera u otra.


La vuelta a Barcelona evidentemente está relacionada con ese éxito, ¿qué destacarías del público catalán y su acogida?

Precisamente que ha sido capaz de ver en este espéctaculo un pequeño homenaje a ese anciano que algún día seremos, y que sabe reírse por tanto de uno mismo. Además, el Teatre Poliorama es un escenario perfecto, la gente está muy cerca de los actores, y se ha creado un ambiente muy cálido y cercano con el público.


«Forever Young» lo componen 5 viejos rockeros, la enfermera y el pianista, este último interpretado por tí mismo, ¿qué ventajas tiene que el elenco sea un grupo reducido?

Para el espectador es mas fácil mantener la atención y concentrarse en cada uno de los personajes, sin que otros detalles externos o acciones secundarias lo confundan. Y por otro lado, desde dentro es también más fácil estar implicado en el espectáculo, en tensión constante, sabes que cada día tu papel es aún, si cabe, más determinante que en otras funciones dónde la acción está más repartida.


Se trata de una obra caracterizada por el humor y el optimismo, ¿este aire se contagia también fuera del escenario?

Está claro que es un musical en el que se disfruta mucho en el escenario. Personalmente, también es una buena terapia hacer la función en días en que la energía positiva no acompaña. Las risas suelen ser buenas compañeras, no tan sólo durante la representación, cuando ésta acaba te llevas un pedazo de ella siempre fuera del teatro.


El musical cuenta con grandes momentos y pegadizas canciones como “I will survive”… ¿cuál destacarías?

Para mí, el momento de los monólogos clásicos. Hace reflexionar aunque esboce sonrisas, consigue contrarrestar un poco la inercia de no pensar en el devenir, y el momento escogido dentro de la función es el óptimo.

Tricicle no está físicamente en el escenario, ¿pero de qué forma está presente en el musical?
Al margen de permanecer en contacto habitual con la función y su evolución, Tricicle deja una huella muy evidente en el control de los tiempos en escena, lo que más me sorprendió la primera vez que trabajé con ellos. Dominan la reacción del público y toda su experiencia ofrece más seguridad en lo que haces.


Centrándonos más en ti mismo y en tu papel en «Forever Young»…


¿Cómo llegaste a formar parte del elenco de «Forever Young»?

Me llamaron después de haber trabajado con ellos en «Spamalot», necesitaban un pianista para la temporada de Barcelona, y, evidentemente, es de esas oportunidades que no se pueden dejar escapar.


¿Qué tiene «Forever Young» que no tengan musicales anteriores en los que has trabajado, como Spamalot, La Bella y la Bestia o Hoy no me puedo levantar?

Éste es un espectáculo pequeño, de detalles, pero sobretodo es más teatral. Algún compañero lo definió como teatro con canciones y creo es muy acertado, es exactamente eso. Hacía tiempo además que no era el único músico en una función, es una manera diferente de gestionar la música y los pies de escena. Y sobretodo, nunca antes había tenido un papel «actoral» tan evidente, con personaje propio y todo el tiempo en escena.


¿Cómo es lo de interpretarse a si mismo dentro de 40 años? Y, ¿Cómo se imagina Marc García en el 2050?

Bueno.. novedoso cúanto menos.. (risas). Intentar conseguir un pequeño reflejo de cómo nos gustaría ser ya es un logro. Afortunadamente, mi personaje no tiene procesos complejos, y en ese sentido me encantaría verme en 2050 en un teatro y sentado al piano, ése seria un final con beso.


Y por último, la parte de maquillaje está muy trabajada, ¿cómo os habéis acostumbrado a maquillaros vosotros mismos?

Nos ayudaron mucho al principio, y al ser completamente nuevo para mí, me tomaba mucho más tiempo de lo normal. Al final, como en todo, acabas mecanizando. En mi caso, la peluca y estar de perfil y sentado durante la función también ayudan a que la exigencia de la caracterización sea un poco menor.

 

Aprovechamos la ocasión para dar las gracias a Marc García por concedernos un ratito de su tiempo para realizar esta entrevista, y también para darle la enhorabuena por su trayectoria profesional sobre los escenarios.

Y por supuesto, también aprovechamos para recordaros que «Forever Young» continúan despertando sonrisas en el Teatre Poliorama de Barcelona hasta el 29 de abril. ¡No te lo pierdas!

The show must go on! (con Marc García al piano)