Lo que ocurre cuando se «abre el telón» de Los Miserables es algo que muchos de nuestros seguidores ya sabéis, porque habéis visto el musical más de una y más de dos veces -algunos incluso superáis la decena de visitas el Teatre Musical de Barcelona en esta temporada-, pero desde el cariño y aprecio que os tenemos a tod@s y cada uno de vosotr@s, queridos y queridas fans, nos gustaría compartir lo que hemos sentido al deleitarnos con «Los Miserables», igual que nos emociona escucharos conversar en Twitter o Facebook sobre cómo disfrutáis con todos los musicales en Barcelona y alrededores, porque al fin y al cabo esa es nuestra razón de ser.

Teatre Musical de Barcelona, 20:30h de la tarde, toda la sala en un oscuro silencio espera impaciente a que empiece el espectáculo: Las luces poco a poco iluminan la imponente escenografía, Jan Valjean junto a sus compañeros de prisión cantan con lamento por la represión a la que se ven sometidos por un cruel Javert. Desde el primer momento tanto las asombrosas voces de los actores como la solemne música nos mueve por dentro, es un sentimiento de admiración, de impresión ante tal puesta en escena.

Valjean consigue la condicional, y la alegría por la libertad se siente en cada nota que canta, sin embargo también se aprecia las ansias de venganza, por un aprisionamiento que siempre ha considerado injusto, pues sólo había robado un pan. A partir de ese momento, la obsesión que prodigiosamente canta Javert será la de capturar de nuevo al preso 23623, Valjean; y este empeño, que pone la piel de gallina, moverá a los dos personajes a lo largo de la obra.

A nuestro protagonista le asaltan notas musicales de rechazo y desprecio por parte de toda la sociedad, hasta que un obispo lo acoje en su casa y le cambia la vida, proporcionándole el perdón que necesitaba para cambiar su sentimiento de odio y dedicarse a partir de entonces a abrir su corazón, dandolo todo por los demás.

A esta historia, principal trama, se le suman muchas otras durante el musical, unas que nos hicieron reir y disfurtar de momentos distendidos, -que se agradecen entre tanta angustia y tensión que nos hace pasar Valjean-; como la escena del Mesón, con su divertido amo, el Sr. Thenardier, ruin mesonero, que hace de «sesos de caballo carne singular» o nos sirve «un riñón de un vulgar ratón como salchichón». Otras escenas que nos enternecieron, nos hicieron emocionarnos y recordar algún instante de nuestra vida, de esos de mariposas en el estómago, son los momentos de Marius y su amor Cosette, con el toque amargo de la pobre Eponine. Tres voces mágicas de las que no mencionamos mucho más por no desvelar detalles que tenéis que ver en directo, las lágrimas están aseguradas. Y sin olvidar la lucha, el coraje y la valentía de Enjolras, guía del pueblo hacia la revolución, hacia la batalla por la libertad, con una escenografía imponente, que hace vivir el momento como si tú mismo estuvieras en la batalla a ritmo de cañonazos. Somos conscientes de que nos dejamos muchos detalles imprescindibles del musical, como la sonrisa que dibujan los espectadores cada vez que canta la prodigiosa voz de Gavroche, pero preferimos que si no habéis ido, la podáis disfrutar, aún quedan 4 actuaciones; y que si habéis ido, nos contéis vosotros vuestros sentimientos acerca de «Los Miserables».

En definitiva, nos damos cuenta de que esta historia, escrita hace más de 130 años, está hoy en día más viva que nunca: La sociedad sigue luchando por sus libertades y por acabar con la represión de los más poderosos. También, las madres y padres luchan por sacar adelante a sus hijos y lo dan todo por ellos. El amor da alegrías a muchos a la vez que penas a otros. Y esta magnífica versión de la novela de Victor Hugo convertida en musical no deja indiferente a nadie, por algo es la obra más vista en Cataluña en 2011.

Terminamos estas palabras agradeciendo, en primer lugar, a todos nuestros seguidores que nos hayan animado tantas veces a ir a ver el musical, lo habéis conseguido, chic@s, y nos hemos emocionado tanto…; en segundo lugar, nos gustaría dar las gracias a Victor Conde, director de este y otros grandes musicales, por acogernos y apoyarnos con una sonrisa gigantesca el día que fuimos a verlos. Y en tercer lugar, a las personas que entran en nuestra comunidad por primera vez, welcome, musical lovers!!

Se que nuestro tono suena a despedida, no queda nada para que se baje el telón de «Los Miserables«, pero os prometemos que esta no será la última vez que desde Broadway Barcelona se hable de un musical inigualable.

The show must go on, «miserables»!